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martes, septiembre 15

ANTIPOEMA



Allí en lo más hondo del mar
juegan, las manos
con el humo
de todos los cadáveres
quemados entre las algas
ellos, ya no pueden juzgarnos
sigue
sigue cortando la noche con los labios
hasta que tu ojo se funda con el tiempo
y la mirada sea ola
y el beso destruya los monstruos
que acechan el silencio
quieren beberse nuestra sangre
galopa tus caballos por los fondos marinos
y atraviesa el espejo como Alicia
ese que da a los páramos abiertos
allí donde no hay puertas
y las esquinas tienen alas
y el polvo se ha petrificado
entre las piedras que ríen versos
de tus manos ya libres
mira la nieve,  el sol de madrugada
los muertos ya se han ido
y las trampas son para las liebres
que corren nuestro sueño
entre los tulipanes
de ese jardín perdido
mira como los rayos mueven
los dedos de tus manos
juguemos a las luces
del poema
para que no se pierdan
esos números ocultos
de la música.

©Julie Sopetrán

viernes, abril 17

ANTIPOEMA




Photo: Sarolta


  He muerto de abandono total. Nadie quiso leerme.
  Y cuando me leían sólo me dedicaban peros, feos, cribas,
  zarandeos y mortificaciones.
  Es muy tarde para enmiendas y remiendos.
  Crecí entre palabras pero me daba corte crecer.
  Nunca me han gustado los retoques o las justificaciones
  por eso me he quedado entre medias tintas y sin zapatos.
  Os confieso que aspiré a ser un buen poema
  pero por más que me sacrificaba contando las sílabas...
  Siempre se me quedaban cortas o largas, no tenía medida
  y decidí desmelenarme.
  Nunca me importaron las normas ni las reformas.
  Me enamoré de los ripios
  así que me azotaron los críticos.
  Y decidí ser yo mismo sin alteraciones
  Fui de rima en rima, de corrosión en corrosión, de costumbre en costumbre
  y se apoderó de mi el vicio.
  Terminé hablando en romance descuidado
  y me convertí en un poema supersticioso.
  Me dio por escribir a oscuras y bajo palio
  por eso no me ha leído nadie
  quise llegar a la cumbre desde la picota 
  quise ser sabio y me quedé en zoquete muy al borde del vértigo.
  He muerto de soledad
  porque las manos de mi poeta me abandonaron.
  Y ni siquiera hizo el amor conmigo.
  Recuerdo que me escribió con la mano izquierda 
  así que me quedé para vestir santos
  entre los lugares comunes
  pues ni siquiera una "décima" se enamoró de mi.
  Nunca descansaré en paz.
  Y a pesar de mi muerte, desde el más allá aspiro todavía a ser un buen soneto.
  Me quedé en antipoema con muletas,
  porque tuve una terrible caída subiendo escaleras hacia la fama.
  El golpe fue tan fuerte
  que al oírlo, Los Beatles, crearon "Yesterday"
  Os diré que gracias a mí,
  la lógica es venerada por todas las musas del Olimpo.
  Y claro como nunca tuve mucho que decir 
  me dejaron muerto entre musarañas libres y contrahechas.
  Aquí descansan mis palabras
  hasta la próxima reencarnación.
  Este antipoema que aún soy
  ha dejado escrito en su testamento a los poetas compasivos:
  que la vida sigue
  y aunque escribir sea hacer el amor con la nada
  y además de eso, quedarte arruinado y sin palabras,
  que es lo peor que le puede pasar a un poema como yo,
  además de no tener lectores...
  Pues eso, que después de muerto,
  busco poeta, lo espero, que se acerque a mis tinieblas,
  y me saque de la tumba lo antes posible.
  Tal vez, todavía tenga arreglo.

 

  ©Julie Sopetrán