Me conmueven los dioses
que lloran
y encuentran en mis ojos la salida.
Me encuentro en un espacio de luz resquebrajada
donde la fantasía esconde centros
de perpetua maraña.
Busco, me alejo, vuelvo,
la sangre es como un río sin espejos
y ya es mar el edén.
El vacío conversa con la muerte
Mi cuerpo se estremece
Las raíces del aire se adentran en mis huesos
y el silencio reseca las palabras.
Me invento espacios que son cúpulas
destruyo infiernos con mis propias manos
y acurruco el llanto en la evasión
sin saber que soy libre en el tropiezo.
sin saber que soy libre en el tropiezo.
Me levanto. Reafirmo fantasmas que me buscan
Mis latidos cabalgan
Danzo ante la música del sueño
Y canto y duermo a los dragones escondidos
en el miedo.
Y regreso. Regreso a tu
mirada
por mis lágrimas.
©Julie Sopetrán