Foto: Julie Sopetrán
Foto: Julie Sopetrán
La locura es lo bello
La locura es amar como se aman los niños
Facultad del antojo y el juego
donde desaparece la congoja
y el temor a los riesgos
La locura es amar
Flora nos mira desde la voluptuosidad del pasatiempo
Afrodita sonríe frente a nuestros placeres de payaso
Pan adorna el bosque para vernos felices
como los saltimbanquis
Aprendemos de
Mercurio los trucos y los malabarismos
y escuchando la lira de Anfión, bailamos
bailamos como bufones con los dioses
hasta destruir la soledad
La locura es amar
como se aman los niños
dejar que Sileno duerma su borrachera sin reproches
implorar a Hárpocrates el silencio que nos deleita
y esconder nuestro Amor
en la cueva del Dios de Córico en el Monte Parnaso
para sentirnos a salvo de los depredadores
que envidian la grandeza de nuestros mimos
inservibles a la competencia
Nuestra locura es
amar como se aman los niños
gritando los deleites, aseando los tedios
construyendo vergeles con nuestros defectos
como si estuviéramos divirtiéndonos en los Jardines de Tántalo
donde ya somos genios de la insonora
y saludable simpleza
de la alegría…
Nos amamos igual,
igual que aman los niños
besamos el ombligo a la inocencia
provocamos al placer su retozo
nos entregamos al apego con delirio
en esta bendita locura del deseo
donde luego, descubriremos
la belleza.
© Julie Sopetrán
Me santiguo con el
agua bendita de la lluvia
y pienso en Dios
voy vestida de
tinieblas y rezo
Jesús me ha lavado
los pies
y no estoy sola
me rodea la gente
recorremos las calles
me arrodillo, me
levanto, me santiguo
contesto al sacerdote
en latín
me uno a la oración
del Vía Crucis
voy descalza pisando
pesadillas
el camino está húmedo
leo un misal antiguo
son páginas caducadas
voy en silencio, leo
sigo
las huellas de la
buena gente
cruzamos las cloacas
de las calles
Jesús cae con la
cruz acuestas
se supone que vamos
al Calvario
los ecos ya repiten las siete palabras
el perdón se oculta
en los egos
"no saben lo que hacen"
aunque sigan vivos
haciendo lo que quieren
el buen ladrón ya ha
entrado al Paraíso
me pierdo entre la
gente
no tengo vacaciones,
me acecha el hambre,
y aunque estoy en
paro
quiero sentir con fe
que todo es bueno.
©Julie Sopetrán
DOS VERDES JUNTOS
Verde claro
Verde oscuro
Verde primero
Verde segundo
¡Dos verdes juntos!
Del verde prado
del verde puro
del agua verde
del aire verde
del verde dulce
del verde musgo
dos verdes juntos.
Donde hay un verde
mi cielo es verde
mi tierra es verde
del verde crudo
y eres mi verde
del verde oscuro
del agua verde
¡Dos verdes juntos!
Verde tu verde
junto a mi verde
claro y oscuro
alma del verde
¡Dos verdes juntos!
Dos voces verdes
Dos besos verdes
Dos llamas verdes
Dos verdes surcos
Los hijos verdes
del verde mundo
¡Dos verdes juntos!
Mi sangre es verde
Mi vida es verde
Mi muerte es verde
Mi amor es verde
verde profundo
¡Dos verdes juntos!
Y es verde el verde
del verde mundo
se engendran verdes
los verdes frutos
y amor del verde
del verde sufro
Trigo y cebada
Verde primero
Verde segundo
juntos muy siempre
muy siempre juntos
¡Dos verdes juntos!
©Julie Sopetrán
A mis quince años, me gustaba observar el paisaje donde yo vivía en Sopetrán, me iba por el campo para aprender a apreciar los colores.Me di cuenta que en Castilla predominan dos verdes. El verde claro y el verde oscuro. Mi padre, hombre del campo, me enseñó que el verde claro es el color de la cebada y el verde oscuro es el color del trigo. Se observan esos colores, cuando después de la siembra y las lluvias, empiezan a crecer. No ocurre lo mismo en Galicia donde se observan múltiples verdes. Pero en la tierra castellana destacan estos dos verdes. Y este fue uno de mis primeros poemas de adolescencia.
YO SOY ESE POEMA...
Yo soy ese poema antipoema
de carne y hueso
que no se vende por nada a quien todo lo compra
Soy poema sin pelos en la lengua
me refugio en las tonalidades
y en los matices de repertorios amplios
Soy un poema contemporáneo
con la cabeza cuadrada
y el pelo largo
antídoto
o "anti-todo" nostálgico
que pasa por la idea
sin bautizar
y tan sólo sé amar
Existo como un poema libre
que se libra casualmente
de estar en la basura
soy un poema andante
caprichoso, adefesio de teatro de calle
no me enfado con nadie
y sigo caminando
no sé hasta cuando
Acudo, sin recomendación
al concurso típico, de los poéticos
donde no me leen y ni falta que hace
y es que mi aspecto es más bien
de poeta-coleta-patético
que nada sabe
Soy un poema soñador
que no entrará nunca a la Academia
ni tampoco por la chimenea
puedo ir a contrafuego
pertenezco a la anarquía andante
y con talante
soy de la Madre Tierra
y aunque me quemo, me quemo
pero no retrocedo
y hasta me sale el humo por un dedo...
Soy polivalente y nunca estoy ni aquí ni ahora
mi verso es el apropiado para un día gris oscuro
de esos, entre la niebla y "haga lo que haga es igual"
escucho a George Brassens
me contagio de su "mala reputación"
Camino enamorada del amor
soy poema prendado de un sueño
que rendido a tus pies
se proclama esperpéntico.
©Julie Sopetrán
De mi libro inédito: Llantos
El arado no tiene cobijo que lo guarde
Fue espada penetrante fue pincel de diseños
enmarcó las ciudades de Roma y de los sueños
y pintó en la mirada los surcos de la tarde
Oxidada en olvidos, su reja, sin alarde
sus hierros están sucios, sus estevas son leños
Saturadas sus huellas que ayer fueron empeños
dejamos que se muera cual si fuera un cobarde
Su brillo en la memoria es un foco muy largo
donde rayas muy rectas multiplican medida
y van dejando en surcos transcrita la belleza
Porque somos nosotros la faz de su letargo
pagamos con la muerte los regalos de vida
somos la mano dura de la naturaleza.
©Julie Sopetrán
Foto: Julie Sopetrán
Algo falta…
la sombra, la luz, el instante de un pequeño reflejo
en el gesto acompasado de las realidades
el banco está vacío...
falta un suspiro, una idea, la emoción de una risa
que se quede en el alma y convierta el ahora en música
falta la mirada que lo comprenda todo sin palabras
y saciada de sueños nos recorra la sangre
o saber lo que quieres aunque te pueda el miedo
falta ese misterio que lleva la corriente del río solitario
premonición del viento que va dejando huella
en la piedra y el musgo del caos
falta la caricia respuesta del halago
que te deje dormida en los atardeceres del tiempo no vivido
algo le falta al aire entre los cardos sucios que secan el ambiente
y se beben el llanto de la flor del ribazo
falta ese perfume de gratitud que ensalma la paz de los jardines
y se adentra en el alma como si fuera el cielo
faltan los silencios del tacto cuando ama
dejar que fluya el gusto del juego entre los dedos
falta crear esa armonía en el agrado de un gozo compartido
falta confianza, gratitud, fuego lento, crear un mundo nuevo
con las viejas ideas
falta renovar el lenguaje de la monotonía
falta lo que nos une: ese gesto agridulce de matar la mentira
la injusticia, el desorden, la corrupción, lo falso, lo ilegal, lo confuso...
y sí, sí, falta esconder el odio para siempre
todo queda a la orilla del haber
de la nada cuando falla la idea
y es la muerte la que escancia en los surcos abiertos
las hipocresías
a la memoria le faltan las palabras que reciten en voz alta
los versos entre la espesura de
la soledad
porque todos sabemos que si algo falta y mucho
es Poesía.
©Julie Sopetrán
Foto: Julie Sopetrán
Y no sé si estoy triste
o sólo quiero
llorar
Me abanica el
llanto del viento
en niebla de
noticias
que son los acentos
vagabundos de las apariencias
Es lo
contundente de la actualidad
de los
arreglos sin carisma
Me fijo en
los contrastes del estilo
y descubro
mentiras decoradas
que son
falsos diseños
pura manipular
la diversidad
con inarmónicos
enfoques del atuendo
que nos
domina
Mis ojos son
manantiales de llanto
cascadas ocultas entre los verdes esperanza
Lloro frente
a los esquemas estampados
en las
etiquetas de lo inadecuado
Lloro por
falta de autenticidad
y entreveo
que casi todo es falso
que este
glamour de las habilidades
y la
alteración de la identidad
que impacta los
detalles y altera los espíritus
Busco la
gracia, el garbo, la belleza
el perfil o
el rigor del Amor y de la Justicia
Y ya nada
encuentro que sea afín a la sonrisa
La tendencia
es conjunto, masa
refinamiento
de la modernidad
Al paisaje lo
invade la niebla
La soledad se
adueña de los jardines
Las malas
hierbas atrampan los ríos
Y llueve
llanto y lloro
sobre la
tierra que habitamos
Quiero regresar
al tiempo de la infancia
Para volver a
ver crecer los trigos
sin abonos.
©Julie Sopetrán
Déjame que te invente
Como inventan las niñas el mundo
Cuando no tienen padres
Y juegan
A los hijos perdidos.
Déjame
Que sostenga el adagio
Hasta el doble bemol del sentido
Déjame
Déjame
Deja andar a mi voz
En tus ojos
Y escucha el eco grave
Del contralto
Que arroba en nuestros labios
La ternura.
Vayamos en andante
A la armonía
Hasta que nuestra voces
Sean arias.
©Julie Sopetrán