Reposo las ideas en
pesebre de paja
como si me naciera la vida
en un establo;
parcela yerma en rito cual
barroco retablo
o un soplo a doble filo
cortado con navaja.
Se me rompe el suspiro
cuando al infierno baja
la ilusión, el deseo
quemado por el diablo;
fragancias, pensamientos:
delirio del vocablo
que disipa las sombras del
miedo en la mortaja.
Doble filo de un soplo que
bufa en los sentidos
cascada de azucenas por
las arterias rojas
que transforman en vuelos
el barro de los nidos.
Sollozos se me quedan allí
donde despojas
la esencia, llanto a
llanto, pensamientos caídos
entre las conjeturas que
revuelan las hojas.
©Julie Sopetrán