Máscara Pavo Real, de la diseñadora: Satín Malva
¡Qué
pequeños mis ojos!
Y tan llenos de espigas
De tardes luminosas
De doradas choperas
De grajos exaltados
De pensamiento en vuelo
Y tan llenos de espigas
De tardes luminosas
De doradas choperas
De grajos exaltados
De pensamiento en vuelo
¡Qué
pequeños!
Y en ellos...
Y en ellos...
Los
rebaños
Los viejos olivares
Las extensas cañadas
Los viejos olivares
Las extensas cañadas
Los
millones de estrellas
prendidas
al sentido
en
diminutos ángulos
que
recorren un fondo
de
interminable anchura...
¿En
qué archivo se guardan
las
fotos del silencio
al
mirar un paisaje?
¡Qué
pequeños mis ojos
y
qué grandes!
Carcajada
del sueño
cuando
miro
con
los ojos cerrados
y no
estás y te veo
saciándote
en mi sed
Atisbo hacia la altura
Atisbo hacia la altura
Y
contemplo las aves
Y no
puede mi tacto
acariciar
su vuelo
Diviso
y veo a ciegas
una
pizca de cielo
que
deja en una lágrima
grabada
la belleza
en
tamaño de perla
bajo
el mar
o
sobre el agua escasa
del
arroyo
El
llanto se acrecienta
entre
las piedras
¿Será
que ha de romperse
la
vida para ver?
¿O
es lamento de muerte
que
me ciega?
¡Qué
pequeños mis ojos
y
qué grandes!
Qué
grande este prodigio
de
la luz!
©Julie
Sopetrán
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