Porque naciste en mi
sin haberte nombrado
porque tu alma es luz
en mi sombra
se agranda lo casual
y tu lengua es marina
así discurres agua
en la infinidad
de la ternura
y no hay promesas
hay tan sólo ataduras
engendro en sensaciones
de ser libres
regeneramos tactos
dejando que la nube
abra canales, llueva
llueva… llueva
para que luego
se cubran de barro
nuestros besos
y así nazcan las flores.
©Julie Sopetrán