Tus días y mis días fueron hechos de luces
como esas mariposas que liban tomillares,
cual horas recreadas en el amor que espera
segundos que revuelan la belleza del ritmo.
Las efímeras pausas en la mudez del gesto
que nos palpita instantes, deliciosa locura,
subidas y bajadas de luz entre perfumes
donde queda grabada la intriga del proceso.
Mariposas caídas de fugaces estrellas
seres que se transforman exhibiendo apetitos
o revuelo de brisas fecundadas en llanto.
Y van y vienen, juegan la confusión del
cosmos
palabra en movimiento, pantomimas, colores,
como el sentir que expresa la aspiración del
beso.
©Julie Sopetrán