Las lomas están secas
y me dejo llevar por el viento
entre el polvo de las cañadas
Las ruinas de un castillo al fondo
los pequeños olivos
y el marrón, casi sangre, de la tierra
nombra el paisaje...
Papeles arrugados
transitan las mazmorras
juega el viento al tris tras en la celda
donde se quedan apilados en los rincones oscuros
de la decadencia
El monte bajo, recoge mis pisadas casi grises
las dibuja con fuego
y aquello que parece un espejo
es tan sólo una sombra
pisoteada por los lobos
O tal vez son rescoldos de ave fénix
recostada
en el regazo marchito de la tierra
donde se evaporan las lágrimas
Mientras transito
el sol sonríe, la luna llora
y los caminos
desdibujan sus márgenes.
©Julie Sopetrán
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