Descubro el monte
huele a cantueso
las aliagas en flor
la apariencia de un sueño
entre pétalos amarillos
la idea de un suspiro
volando al ritmo
de las abejas
como si fuera un soplo
perdido en la mirada
cierro los ojos
para adentrarme en el paisaje
el arroyuelo canta
me habla de la tierra húmeda
las piedras de agua dulce
sonríen
un mirlo canta
un mirlo canta
y una brisa envuelve
ese momento
como si fuera
la caricia de un beso
o el primitivo incienso
de los dioses
mis sentidos se agrandan
y un impulso ascendente
me recobra el verdor
de la esperanza.
©Julie Sopetrán