La locura es lo bello
La locura es amar como se aman los niños
Facultad del antojo y el juego
donde desaparece la congoja
y el temor a los riesgos
La locura es amar
Flora nos mira desde la voluptuosidad del pasatiempo
Afrodita sonríe frente a nuestros placeres de payaso
Pan adorna el bosque para vernos felices
como los saltimbanquis
Aprendemos de
Mercurio los trucos y los malabarismos
y escuchando la lira de Anfión, bailamos
bailamos como bufones con los dioses
hasta destruir la soledad
La locura es amar
como se aman los niños
dejar que Sileno duerma su borrachera sin reproches
implorar a Hárpocrates el silencio que nos deleita
y esconder nuestro Amor
en la cueva del Dios de Córico en el Monte Parnaso
para sentirnos a salvo de los depredadores
que envidian la grandeza de nuestros mimos
inservibles a la competencia
Nuestra locura es
amar como se aman los niños
gritando los deleites, aseando los tedios
construyendo vergeles con nuestros defectos
como si estuviéramos divirtiéndonos en los Jardines de Tántalo
donde ya somos genios de la insonora
y saludable simpleza
de la alegría…
Nos amamos igual,
igual que aman los niños
besamos el ombligo a la inocencia
provocamos al placer su retozo
nos entregamos al apego con delirio
en esta bendita locura del deseo
donde luego, descubriremos
la belleza.
© Julie Sopetrán
Excelente combinación de la literatura clásica con la inocente locura de amor
ResponderEliminarGracias, Miguel. Agradezco mucho tus palabras y tu lectura.Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarPreciosa exposición poética donde lo natural, lo auténtico, se apoya en lo clásico, aquel tiempo al que tanto debemos los europeos. Amar todas las cosas como lo hacen los niños pienso que sería la solución para un mundo perdido y alejado de aquellos dioses legendarios que convivían con los humanos con sus gozos y sus sombras, pero unidos.
ResponderEliminarSiempre es un placer para mi volver a leerte, Julie.
Fuerte abrazo, poeta.
Sí, amigo, aquel tiempo se ha perdido, o se está perdiendo irremediablemente. Gracias por tu lectura, es un honor para mi; sí, me alegra mucho tu comentario, tu lectura de mi poesía es ya un regalo. Mi abrazo fuerte.
ResponderEliminarQue sea el mejor placer amar a nuesstro prójimo ,como a nosotros mismos, eso que se nos ha olvidado , porque así aman los niños puros de corazón, porque lamentablemente hoy se tegiversa todo...los momentos buenos ayudan y perduran si son alimentados en primer lugar en el amor junto a sus padres ,algo que tanto falta hoy y así crecer en esa sana convivencia que necesitan, pero siempre queda la esperanza que aquello se logre.
ResponderEliminarAl fin de cuentas el ser humano le llegara el momento en que comprenderá que necesita ese cambio, para su propia sobrevivencia.
Abrazos.
Buen fin de semana.
Gracias, Meulen. Totalmente de acuerdo contigo. Gracias por tu comentario. Te mando mi abrazo fuerte y feliz semana.
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