Me gusta ver la noche refugiada en su manto
viento frío de otoño, quemazón del sentido;
los cristales del sueño se me han entumecido
y algún espejo esconde las odas que no canto.
Se desboca la noche donde te siento tanto...
Caballito de sombras en silencio esculpido;
hoy cabalgo en la nube de haberte conocido
y este tiempo sin horas me martillea el llanto.
Libertad de la noche sobre escarcha durmiente
un vuelo de palabras me revive la guerra,
los exilios, el cuento de la historia reciente.
Es esa circunstancia que al corazón se aferra
o el destino que enmarca su estigma en nuestra frente
para decirnos cuánto nos regala la tierra.
©Julie Sopetrán