Translate

Mostrando entradas con la etiqueta Pueblos vacíos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Pueblos vacíos. Mostrar todas las entradas

jueves, abril 30

EL SILENCIO QUE SE INSTALÓ EN LAS CASAS DE UN PUEBLO VACÍO




Me gusta ver la noche
con la ventana abierta,
sentir el aire fresco del silencio
que pasa por la puerta
son los presentimientos de las cosas
parecidas a sueños...

Sueños que habitan, tantos
en las casas vacías
y en los hogares muertos.
Cuando miro hacia el cielo
me gusta ver la estrella que palpita.
Cuando bajo mis ojos a la calle
en las bombillas rotas
veo desmoronarse la pared
hecha de adobe y barro
Ya todo está apagado en la vejez
Sólo queda el suspiro.

Voy caminando sola
la gente se ha marchado
y en la plaza del pueblo ya no hay niños.
El llanto de las flores
en mis pasos son duelo
y el verde de las hojas
se ha teñido de negro...
son huellas ancestrales
que pronuncian desvelo.

Se oye la voz de un grillo
canturreando al árbol
al que fue un olmo hermoso
hoy leña en el ribazo.

Las voces del arroyo
perdidas entre juncos y carrizos
y revuelo de pájaros
Voces que balbucean al silencio
el eco del presagio
hundido el cementerio
con tumbas habitadas por el pánico:
sobresalto del tiempo...

Todo puedo escucharlo en el silencio
Piedras bajo el olivo
La fuente suspirando clamorosa
cual llanto del olvido.
Voy regresando a casa...
La ventana está abierta
las sombras de la noche están afuera
En un mechón de estrellas
refugio mi silencio
Alguien está conmigo...
Estoy despierta.

©Julie Sopetrán


lunes, marzo 21

EL POETA QUE SE FUE A BUSCAR PALABRAS A UN PUEBLO VACÍO



De mi pueblo fui guardando
el recuerdo de las horas
el tiempo de aquellos juegos
que parecían auroras
El placer de los amigos
el dolor de sentir sola
el color de aquellas risas
rubor de niña-amapola
Emigrantes de la sombra
palabras de fuentes puras
las cruces del cementerio
no están en las sepulturas
Las chimeneas no humean
ni cuelgan de los balcones
aquellas colchas de seda
que parecían mantones
cuando en el Corpus pasaba
el Señor por cada puerta...
Cuando íbamos a por agua
dejando la casa abierta.
En las calles empedradas
se apodera la maleza
hierba hiriente son los cardos
adornando la tristeza
Palabras entumecidas
rotas entre muebles viejos
por las paredes oscuras
ya no miran los espejos
Gritos de arañas salvajes
La soledad me requema
y en el dolor de esta nada
me discrimina el poema
Palabra de labradores
que la simiente enterraron
para perder la cosecha
de todo lo que sembraron
Ya no hay gallos que despierten
La luna, torna quimeras
alumbra a un sólo vecino
que trasnocha primaveras
Y ya no brotan los olmos
de Machado en la garganta...
Sin árboles y sin niños
¿Qué poeta es el que canta?
Latido de acento claro
ya sin lápiz ni papel
sobre las calles de barro
el verso deja su piel
Allí encontré un diccionario
entre la pared hundida
Palabras son de mi llanto
sobre resquicios de vida.

©Julie Sopetrán