Me gusta ver la noche
con la ventana abierta,
sentir el aire fresco del
silencio
que pasa por la puerta
son los presentimientos de
las cosas
parecidas a sueños...
Sueños que habitan, tantos
en las casas vacías
y en los hogares muertos.
Cuando miro hacia el cielo
me gusta ver la estrella que
palpita.
Cuando bajo mis ojos a la
calle
en las bombillas rotas
veo desmoronarse la pared
hecha de adobe y barro
Ya todo está apagado en la
vejez
Sólo queda el suspiro.
Voy caminando sola
la gente se ha marchado
y en la plaza del pueblo ya
no hay niños.
El llanto de las flores
en mis pasos son duelo
y el verde de las hojas
se ha teñido de negro...
son huellas ancestrales
que pronuncian desvelo.
Se oye la voz de un grillo
canturreando al árbol
al que fue un olmo hermoso
hoy leña en el ribazo.
Las voces del arroyo
perdidas entre juncos y
carrizos
y revuelo de pájaros
Voces que balbucean al
silencio
el eco del presagio
hundido el cementerio
con tumbas habitadas por el
pánico:
sobresalto del tiempo...
Todo puedo escucharlo en el
silencio
Piedras bajo el olivo
La fuente suspirando
clamorosa
cual llanto del olvido.
Voy regresando a casa...
La ventana está abierta
las sombras de la noche
están afuera
En un mechón de estrellas
refugio mi silencio
Alguien está conmigo...
Estoy despierta.
©Julie Sopetrán
©Julie Sopetrán