Foto: Julie Sopetrán
Foto: Julie Sopetrán
(Octava Real)
Sentí gran tristeza cuando caminaba
rumbo a la casita perdida en el monte
y no había luces en el horizonte
tan sólo una estrella surgió de la nada,
era tan bonita, tan inesperada
que fui caminando siguiendo su luz
en aquella casa, me encontré a Jesús
y así mi tristeza, murió
abandonada.
©Julie Sopetrán
Deso a todos mis Lectores y Amigos, Feliz Año 2025
Me han dejado aquí
entre las ruinas de mi casa
todo lo siento muerto en vida
y el ángel que me abraza
es invisible…
Sé que en algún lugar
alguien me espera
palpo la desesperanza de las cosas
que están pasando aquí y ahora
si pudiera saber más
de las intrigas de este mundo
me secaría el llanto…
Traspaso amaneceres en ocasos
donde rebusco
un mendrugo de pan
y ya me sabe a mucho
si lo encuentro
para aliviar este sabor a barro
que es el hambre…
En estos suelos escombrados
el dolor se me agranda
aunque me ayude una mano inocente
este mundo me parece hostil
y la sonrisa es fango
porque el lodo que invade
esta tristeza
me ha roto las palabras.
©Julie Sopetrán
CATRI EN LA FUENTE
La Catrina fue a por agua
a la fuente de mi pueblo,
y se le rompió el botijo
cuando lo tenía lleno.
Luego se lavó las manos
porque la muy señorita,
pensaba que estaba sucio
el mango de la botija.
Y yo la vi regresar
con superficial aspecto…
¡Si hasta para ir a la fuente
llevaba los guantes puestos!
©Julie Sopetrán
ESA LLAMA
Algo que se deshace sin ser visto
como un deseo en danza perfumado;
me borra del futuro lo pasado
y desordena todo lo previsto.
Es fervor que seduce y no resisto
que se aleje si pasa por mi lado;
sólo con la pasión que me ha mirado
ya de aromas me envuelvo y me revisto.
Solitaria bondad que se deshace
o el rescoldo de un fuego desmedido
que deja su perfume entre la brasa.
Es fragancia de flor que muere y nace
o esencia de algún dios enloquecido
que derrocha pasión por donde pasa.
©Julie Sopetrán
PA QUE TE ALEGRES
¡VÁMONOS A SEVILLA!
Creía que era ceguera
mirar de frente y no veros;
ahora miro a cada lado
sé que jugáis a esconderos.
Se van, se vienen, no llegan
les busco por todas partes;
y si les encuentro un lunes
desaparecen el martes.
Ya sé, ya sé que el trabajo
es como una pesadilla;
y soñamos con estar
en la Feria de Sevilla.
Por eso quería hablarles
de darnos algún garbeo,
por las casetas de baile
para empezar el jaleo.
Una danza, un pescadito
un color pa cada instante;
y la alegría del cuerpo
que no nos la quite nadie.
La Giralda, las carretas,
los caballos, el trapío,
el vino, las castañuelas…
¿Os queréis venir conmigo?
Y dejemos las pantallas
eliminemos la prisa,
que nos espera la gracia
del Parque María Luisa.
Junto a la estatua de Bécquer
yo les prometo poemas,
que nos hablarán de sueños
para quitarnos las penas.
Y luego, a la media noche
saboreándolo todo,
sabremos que en esta vida
nosotros no estamos solos.
¡Lástima es no tener tiempo!
ni yo un dolar pa gastarme;
pero si queréis, nos vemos,
para que se alegre el aire.
Conforme con nuestra suerte
a San Patrick nos iremos.
y en lugar de sevillanas
gregoriano cantaremos.
¡Aleluya! Amigos míos
pero debo confesarme,
que me siento pecadora
soñando con este viaje.
Casi Abril ¿Quién lo supera?
¡Levántaros de la silla!
Y si queréis, en diez
horas
nos plantamos en Sevilla.
Quemen todos los papeles
tiren el ordenador,
que venza nuestra tristeza
la paciencia y el AMOR.
©Julie Sopetrán
Fue en Menlo Park, California 1979
Todo lleva un proceso en
esta vida
Es primero la flor y luego
el fruto
Es primero el deseo luego el beso
Más tarde el tacto, enmarca
la belleza.
Cáliz, corola, estambres y
pistilos
nos dejan bendiciones en el
alma
Es el perfume que transciende
en brisa
son las luces que mueven
nuestros pasos.
Y así vamos midiendo el
entretiempo
de una estación a otra... es
la constancia
y la flor sacrifica su
silencio.
Flor y fruto: celebración de
instante
un brindis que resume la
constancia
y es poema del tiempo en la
memoria.
©Julie Sopetrán
Es vicio y droga, sensación… ¿Quién sabe?
Lo que es la taza de café en las manos;
una caricia de la noche ardiendo
entre los dedos del placer que humea…
En ese antojo que nos da la tierra
perlas negras: la noche en una taza;
sabor al gusto cuando el tiempo irrumpe
en esas horas de amistad que alegran.
Me sabe a vida el sorbo, casi medio
de un tiempo compartido al mismo estilo
rozando en trago la
delicadeza…
Sentimiento de amigo compartido
Sirva otra taza, que me dure el tiempo
que no acabe la vida entre los labios.
©Julie Sopetrán
¡Quién deshoja nuestras
flores?
Amores
Las manos que las deshacen…
renacen
Entre ellas suspira en calma
el alma.
Y es la sangre la que
ensalma
y cura nuestro dolor
que entre pétalos en flor
de amores renacen almas.
©Julie Sopetrán
Yo quisiera, Señor
pasar inadvertida
no intuir la maldad
tras las paredes…
… y gritar la amistad
a los que odian
y atraer la justicia
y quemar el rencor
de los que dañan…
…yo quisiera, Dios mío
destruir las murallas
y crear más ventanas
que den a esos caminos
de un día soleado…
…allí donde el silencio
regala las ideas
que nos hacen humanos
contemplando los brotes
de los árboles viejos…
…yo quisiera, mi Amigo
si me estás escuchando
pedirte que tú seas
por siempre, mi vecino…
©Julie Sopetrán
Más allá del poema reside la
pureza
del corazón amante sin
tiempo y sin espacio;
soy contigo en las horas del
verso más reacio
que expresa lo que siente
con fervor y presteza.
Me puede este latido de
armoniosa belleza
donde en gozo de ideas y de ritmos me sacio
al percibir la dicha de un tiempo que es prefacio
y parece el recinto donde el
amor empieza.
Amor que es la palabra de los sueños divinos
Sin Amor el poema ni existe ni presiente
Amar es el desnudo que enlaza los destinos
Nada tiene sentido cuando todo se siente
Eres la voz que puede cambiarme los caminos
Y sabes que al nombrarte: ya te amo plenamente.
©Julie Sopetrán
Anochecía
Las
nubes envolvían la acacia
las
aves dialogaban sueños
la
lluvia amenazaba
el arrullo de dos tórtolas
se
fue perdiendo entre las sombras
que
estrenaba la noche
en
mi ventana
quise
entender su idioma
traducir
su reclamo
saber
lo que decía
el
temblor de su canto…
…ya
era noche cerrada
escuchando zureos
los
sueños me arroparon
y
así quedé dormida
atrapada
en los ecos
del
canto de dos aves.
©Julie
Sopetrán
Hoy que no estoy contigo quiero estar a tu
lado,
ayer que estabas cerca no supe
retenerte,
¿qué podría yo ahora dar por
volver a verte
si la puerta del tiempo de golpe
se ha cerrado?
Regreso a tu mirada. Me llevo lo
pasado:
silencio del suspiro por no saber
quererte
tan humano, tan niño, como la
misma muerte
que nos sima en la duda de lo que
no hemos dado.
Hoy estaré contigo más lejos y
más cerca.
besaré tus cabellos, admiraré tu
gracia
y todas las sonrisas abrirán los
arcanos.
Te veré en el espejo del agua de
mi alberca,
hundiré para siempre la sombra
que te espacia
y guardaré en silencio las luces
de tus manos.
Julie Sopetrán
De mi libro: EL TIEMPO HABITADO
Premio Internacional Letras de
Oro 1997
North-South Center – University of Miami
Es la luz
de la tarde la que busco
el rayo que
penetra
las hojas
secas de las zarzas
que llenan
de dulzor la seca tierra.
Busco la
dimensión de los colores
desordenados
de la tarde
visos de
pensamientos vagabundos
que matizan
ideas
y se mueven
al paso de las aves.
Busco nubes
que lluevan
y acaricien
las hojas
de los
árboles
y eliminen
el sudor polvoriento
que seca mi
paisaje…
Busco un
soplo divino
que
purifique el aire.
Busco,
busco palabras
que
dulcifiquen el silencio
y le den
vida al son
de las
verdades.
©Julie
Sopetrán