Libre, como una flecha
lanzada desde el viento,
desde el arco de oro
de Diana hacia el sueño,
sin tiempo ni atadura,
toda siempre del alba,
recreando castillos
sobre mares egeos…
…diminuta nereida
mi alma peregrina,
temblando en la guadaña
del artero Saturno,
toda medida en tiempo
por tiempo devorada,
vagabundos mis pasos
voy por mundos ajenos.
Y todo es tiempo en todo
un tiempo de la nada.
Disuelto el pie en arena
El viento arrastra plumas
Las olas son el sueño
de lo que no se acaba.
Saturno hiere el aire:
movimiento de espumas.
Son minutos sagrados
de un paisaje que llora.
La escasez de la lluvia
me seca las entrañas.
©Julie Sopetrán