¡Quién deshoja nuestras
flores?
Amores
Las manos que las deshacen…
renacen
Entre ellas suspira en calma
el alma.
Y es la sangre la que
ensalma
y cura nuestro dolor
que entre pétalos en flor
de amores renacen almas.
©Julie Sopetrán
¡Quién deshoja nuestras
flores?
Amores
Las manos que las deshacen…
renacen
Entre ellas suspira en calma
el alma.
Y es la sangre la que
ensalma
y cura nuestro dolor
que entre pétalos en flor
de amores renacen almas.
©Julie Sopetrán
Yo quisiera, Señor
pasar inadvertida
no intuir la maldad
tras las paredes…
… y gritar la amistad
a los que odian
y atraer la justicia
y quemar el rencor
de los que dañan…
…yo quisiera, Dios mío
destruir las murallas
y crear más ventanas
que den a esos caminos
de un día soleado…
…allí donde el silencio
regala las ideas
que nos hacen humanos
contemplando los brotes
de los árboles viejos…
…yo quisiera, mi Amigo
si me estás escuchando
pedirte que tú seas
por siempre, mi vecino…
©Julie Sopetrán
Más allá del poema reside la
pureza
del corazón amante sin
tiempo y sin espacio;
soy contigo en las horas del
verso más reacio
que expresa lo que siente
con fervor y presteza.
Me puede este latido de
armoniosa belleza
donde en gozo de ideas y de ritmos me sacio
al percibir la dicha de un tiempo que es prefacio
y parece el recinto donde el
amor empieza.
Amor que es la palabra de los sueños divinos
Sin Amor el poema ni existe ni presiente
Amar es el desnudo que enlaza los destinos
Nada tiene sentido cuando todo se siente
Eres la voz que puede cambiarme los caminos
Y sabes que al nombrarte: ya te amo plenamente.
©Julie Sopetrán
Anochecía
Las
nubes envolvían la acacia
las
aves dialogaban sueños
la
lluvia amenazaba
el arrullo de dos tórtolas
se
fue perdiendo entre las sombras
que
estrenaba la noche
en
mi ventana
quise
entender su idioma
traducir
su reclamo
saber
lo que decía
el
temblor de su canto…
…ya
era noche cerrada
escuchando zureos
los
sueños me arroparon
y
así quedé dormida
atrapada
en los ecos
del
canto de dos aves.
©Julie
Sopetrán
Hoy que no estoy contigo quiero estar a tu
lado,
ayer que estabas cerca no supe
retenerte,
¿qué podría yo ahora dar por
volver a verte
si la puerta del tiempo de golpe
se ha cerrado?
Regreso a tu mirada. Me llevo lo
pasado:
silencio del suspiro por no saber
quererte
tan humano, tan niño, como la
misma muerte
que nos sima en la duda de lo que
no hemos dado.
Hoy estaré contigo más lejos y
más cerca.
besaré tus cabellos, admiraré tu
gracia
y todas las sonrisas abrirán los
arcanos.
Te veré en el espejo del agua de
mi alberca,
hundiré para siempre la sombra
que te espacia
y guardaré en silencio las luces
de tus manos.
Julie Sopetrán
De mi libro: EL TIEMPO HABITADO
Premio Internacional Letras de
Oro 1997
North-South Center – University of Miami
Es la luz
de la tarde la que busco
el rayo que
penetra
las hojas
secas de las zarzas
que llenan
de dulzor la seca tierra.
Busco la
dimensión de los colores
desordenados
de la tarde
visos de
pensamientos vagabundos
que matizan
ideas
y se mueven
al paso de las aves.
Busco nubes
que lluevan
y acaricien
las hojas
de los
árboles
y eliminen
el sudor polvoriento
que seca mi
paisaje…
Busco un
soplo divino
que
purifique el aire.
Busco,
busco palabras
que
dulcifiquen el silencio
y le den
vida al son
de las
verdades.
©Julie
Sopetrán